Con el dudoso récord negativo de sumar cinco derrotas en igual cantidad de apariciones oficiales en la MLS, el Inter Miami ha establecido un abismo de dudas con aquel proyecto un club local con perfil global que en sus albores presentaba con bombo y platillos a Paul McDonough (exagente de jugadores de Wasserman Media Group) como el nuevo rey Midas del fútbol en el sur de la Florida.
Hoy, con el paso del tiempo y una temporada decepcionante, los fanáticos y especialistas sostienen que la institución no ha estado a la altura de las circunstancias. Desde un inicio, el Inter Miami jamás cumplió con el compromiso de traer a la ciudad a una verdadera estrella del más universal de los deportes para la temporada inaugural 2020, mientras que las contrataciones realizadas, muchas de ellas millonarias, están muy lejos de cumplir con las expectativas anunciadas por el señor McDonough, su flamante director deportivo.
McDonough quiso repetir a través de una matemática elemental lo que en su momento ejecutó con cierto éxito el agente intermediario, conseguidor y millonario Jorge Méndez en la plantilla del Valencia CF gracias a su estrecha relación con el señor Peter Lim, propietario del once valenciano.
Con la compañía Gestifute la gestión de Méndez llego a facturar del Valencia CF 294.4 millones de dólares en los fichajes de Rodrigo, Cancelo, Enzo, Garay y Andre… el éxito deportivo del Valencia se tradujo en una visita a la Champions en la temporada 2014-2015, pero a la larga aquella apuesta de entregarle la plantilla a un solo agente sumió al Valencia en una de las más profundas crisis institucionales que hasta hoy mantiene al equipo a mitad de la tabla… y fuera de Europa.
McDonough corrió el riesgo de asociarse con el agente Hernan Berman en sociedad con el empresario Alejandro Daniel Taraciuk para firmar por una cifra cercana a los 20 millones a dos jóvenes futbolistas argentinos: el centrocampista Matías Pellegrini y el delantero Julian Carranza, ambos de 19 años de edad.
Paul McDonough se refirió a Carranza como “un jugador bien centrado con una tasa de trabajo impresionante. Él se esfuerza por marcar goles y es muy bueno en el área.”
Carranza llegó a Miami en junio de 2019 desde el Banfield (5 goles en 14 partidos) y desde esa fecha ha jugado apenas 107 minutos con el equipo de David Beckham, limitado por una lesión en el pie izquierdo. Por su parte, Pellegrini también representado por Taraciuk, exempleado de la MLS, se formó en Estudiantes (31 presencias y 5 goles) y tiene 239 minutos sin goles, lo mismo que su compatriota Carranza.
El defensor argentino Leandro González Pírez (28 años), con el beneplácito de McDonough, se sumó procedente del Tijuana en la Liga MX a la disciplina del Inter en las últimas semanas a sabiendas de que no podía ser utilizado por el técnico uruguayo Diego el Tornado Alonso en el torneo de verano de Orlando, donde Miami no logró ni siquiera sumar un punto en tres partidos para ser eliminado a las primeras de cambio.
“Tuvimos la suerte que Leandro estuviera disponible. Fuimos muy afortunados de poder conseguirlo a un precio realmente bueno, incluirlo en la categoría de fondos de asignación especial (TAM, por sus siglas en ingles), y tener a un jugador de calidad. Lo único que no me gusta es que no podemos tenerlo en (Walt) Disney (World). Si no eres un fichaje de asignación específica no puedes jugar. No lo entiendo, no estoy de acuerdo con eso, pero así son las reglas de la MLS”, dijo McDonough.
El traspaso de González Pírez podría parecer uno más, aunque no es precisamente así. El Inter Miami pagó por la transferencia del zaguero argentino una ficha cercana a los dos millones… cortesía del señor McDonough que ya había adquirido los derechos del jugador cuando ejercía de vicepresidente del Atlanta United en la MLS.
No es el único futbolista en vestir la camiseta de Miami vía Atlanta United. El veterano defensor mediocampista Brek Shea, de 30 años y representado por Waserman (recuerdan, el antiguo empleador de McDonough), no encontró ningún reparo para que el bueno de McDonough le abriera las puertas del Inter Miami.
¡Ah!, Leandro González Pírez aparece en la carpeta de jugadores del agente Hernan Berman que ya sabemos tiene una bien documentada relación de trabajo con el señor Paul McDonough.
Por largos meses, los rumores colocaban indistintamente a James Rodríguez, Luis Suarez, David Silva, Gareth Bale o Edinson Cavani con el uniforme de Inter Miami, pero los comentarios sobre la llegada de fulano, mengano o zutano pasaron como el rumor del arroyo. O se trataba de una simple cortina de humo para en realidad abrirle paso sin mayores contratiempos a los jugadores “designados” por McDonough para unirse al equipo de David Beckham.
El proyecto rancio de Paul McDonough en el sur de la Florida se ha quedado sin argumentos. Solo queda esperar cual sería la reacción de Jorge Mas Santos, principal accionista del club, junto a su mano derecho el astro David Beckham para enderezar de una vez y por toda una buena idea que ha ilusionado a miles de fanáticos, pero que no ha contado con el liderazgo necesario en el área deportiva.
Miami Freedom Park (un espacio de 58 hectáreas de parques públicos y espacios verdes con un centro tecnológico, restaurantes y tiendas, campos de fútbol para la comunidad, estadio para el Inter Miami de Miami y otros servicios) ya recibió el espaldarazo de los fanáticos y votantes del sur de la Florida. Eso se ha convertido en una realidad, pero lo primero es lo primero.
Hoy por hoy, al Inter Miami le urge una carta de presentación en el área deportiva. El club necesita victorias, triunfos y convencer en el terreno de juego para entonces levantar con prudencia todo lo demás que la gerencia busca integrar alrededor del club.
“Tenemos cosas por mejorar, tenemos autocrítica, hay que hacer más”, dijo el técnico Diego Alonso tras el desastre futbolístico en Orlando. “Ahora tenemos unas cuatro semanas de trabajo y comenzar la temporada regular. Ajustaremos con los que están y los jugadores que puedan llegar”.
De momento, el proyecto rancio de Paul McDonough es incompetente y no merece tener en consideración. En el fútbol mandan los resultados. Para los fanáticos, jugadores y los propios directivos del Inter Miami se impone una revisión a fondo.
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