Mascotas Responsabilidades y beneficios para los niños y adultos

Por Juanita Landaverde

October 20, 2018

En el trato con los animales aprendemos muchas cosas de manera natural, sin constantes explicaciones y con una elevada motivación. Eso nos lleva a tener mayores responsabilidades y...

En el trato con los animales aprendemos muchas cosas de manera natural, sin constantes explicaciones y con una elevada motivación. Eso nos lleva a tener mayores responsabilidades y un ordenamiento de tareas para con el nuevo miembro de la familia.

La compañía de animales como gatos, perros y otros domésticos, mejora la calidad de vida de todo ser humano porque fomentan la responsabilidad y respeto a los demás, les desarrollan la capacidad de cuidar a alguien, provocándoles sentimientos de competencia y seguridad; dos sentidos a desarrollar en el ciclo de la vida para conseguir un correcto equilibrio emocional en el niño.

Está comprobado que tanto los niños como las personas adultas, en general, necesitan tener un vínculo con una mascota; porque  la compañía de un animal mejora la calidad de vida de todo ser humano En los adultos les aumenta la longevidad, les preserva el equilibrio físico y mental, facilita la recreación, reduce el estrés y finalmente, les disminuye el índice de depresión.

En los niños juega un rol aún más importante porque también contribuye a su desarrollo educativo y social, ya que los obliga a asumir responsabilidades, aumenta su autoestima y, en la mayoría de los casos, mejora la integración de la familia. Las responsabilidades que puede asumir un niño con su mascota deben asumirse en función de su edad. Los más pequeños pueden encargarse a diario de que tengan agua limpia, darles comida, cepillarlos y lavarlos. A medida que sean un poco mayores, pueden ayudar también en sus paseos y asumir otras responsabilidades.

Según estudios sobre el vínculo animal, el primer concepto que asocia la mayoría de los niños, en cuanto a la relación con su mascota es el de “cuidarla, jugar y alimentarla”. De esta manera subraya los valores de responsabilidad que los animales de compañía transmiten a los pequeños. Está demostrado que las personas que en la niñez tuvieron contacto con una mascota encuentran menos dificultades para mantener una relación interpersonal positiva. La relación con las mascotas ejerce un estabilizador de  experiencia y de  conducta infantil; en el niño y adulto contribuye a fomentarles la alegría, elimina la tristeza y las sensaciones de amenaza.

Los lazos afectivos con el animal de compañía le ayudan a superar la sensación de miedo o tristeza, pues el niño recurre de forma habitual a su perro o gato para abrazarle y encontrar alivio. Este comportamiento se repite cuando al niño se le presenta un problema, ya que busca a su mascota como fuente de consuelo en la misma medida que  a sus padres.

Más del 50% de los niños asocian al perro o gato con un “compañero de actividades y juegos” e incluso ocho de cada diez  entre 9 y 11 años prefieren jugar con su mascota antes que con videojuegos. Muchos padres adoptan a una mascota después de ceder ante la insistencia de los hijos y ante sus promesas de hacerse cargo del cuidado del animal. A menudo, la realidad acaba siendo otra: los hijos olvidan pronto sus promesas y se acaban ocupando principalmente de jugar con la mascota mientras que los cuidados del animal recaen casi del todo sobre los padres.

Las mascotas como perros o gatos mejoran la salud mental y física de los adultos mayores y les brindan numerosas ventajas. Preocuparse por su pequeño amigo, sacarlo a pasear, jugar con él o alimentarlo, hace que estén activos, no se sientan solos e interactúen socialmente. Es por eso que tener una mascota los hace sentir bien y les trae cientos de beneficios físicos, mentales y sociales ya que ayudan a disminuir su presión arterial, el nivel de colesterol y los triglicéridos; les permiten el ejercicio, la socialización y les reducen su soledad puesto que son una excelente compañía.

Según estudios, los mayores de 65 años que no tienen limitaciones de salud necesitan por semana, al menos dos horas y media, de actividad física, sacando a pasear a un perro, a paso ligero, por 30 minutos o realizando caminatas de 15 minutos. Si tienen un perro o un gato, están obligados a estar en movimiento y a jugar con ellos. Estar en actividad mejora considerablemente el humor de las personas, y a quienes viven solos les permite estar en contacto con otras personas y no encerrarse en una habitación a ver televisión.

Cuando los adultos de edad avanzada caminan con un perro, hacen ejercicio y aseguran menos visitas al doctor. Tener animales y jugar con ellos ayuda a eliminar el estrés. Las mascotas son buenas compañías, tanto para los niños como para los adultos mayores.

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