Por Judith M. Díaz
October 20, 2018
Si usted pasa el día bostezando, tratando de ocultar su cara de “modorra”, es posible que forme parte de los aproximadamente 50 a 70 millones de adultos en Estados Unidos que padecen de trastornos del sueño...
Si usted pasa el día bostezando, tratando de ocultar su cara de “modorra”, es posible que forme parte de los aproximadamente 50 a 70 millones de adultos en Estados Unidos que padecen de trastornos del sueño o insomnio. De estos, el problema más común es la apnea del sueño, donde el ronquido es un indicador de que existe una alteración de la respiración mientras estamos dormidos.
La apnea del sueño se padece a cualquier edad, el afectado hace una o varias pausas mientras duerme porque su respiración se suspende temporalmente. Las interrupciones se presentan repetidamente durante la noche y pueden durar 10 o más segundos, a veces la respiración vuelve a la normalidad simplemente con un ronquido fuerte o un sonido parecido al que hacemos cuando nos atragantamos.
Dormir para vivir
Existen varios tipos de apneas, la más frecuente es la apnea del sueño obstructiva o compleja que se origina por la relajación de los tejidos blandos de la parte posterior de la garganta que bloquea el paso del aire, y el que logra entrar por la parte obstruida puede causar ronquidos fuertes.
La apnea central del sueño es la menos común, se produce cuando la parte del cerebro que controla la respiración no envía las señales correctas a los músculos respiratorios, por eso la persona no hace esfuerzos por respirar durante tiempos cortos. Casi todos los afectados por la apnea del sueño tienen una combinación de los dos tipos.
Los individuos afectados pueden experimentar somnolencia excesiva o quedarse dormidos durante el día, padecer de sueño inquieto, tener dolores de cabeza matutinos, problemas de concentración, irritabilidad, cambios de ánimo o conducta. También las personas que no duermen suficiente, son propensos a sufrir enfermedades crónicas como depresión, hipertensión, diabetes y obesidad.
No dormir bien afecta nuestras tareas diarias y está asociado a accidentes automovilísticos. En Estados Unidos, la somnolencia ocasiona aproximadamente 1.550 muertes y 40 mil lesiones anualmente, según el Departamento Nacional de Transporte.
Ojos abiertos
Esta alteración en el sueño no se detecta fácilmente en una consulta médica, no es posible determinarla con una prueba de sangre. Los ronquidos y la somnolencia también son causados por otras enfermedades, en algunos casos para diagnosticar la apnea del sueño obstructiva se somete al paciente a una polisomnografía, eso requiere toda la noche de observación en un laboratorio especialista del sueño.
El estudio implica diferentes pruebas para medir el movimiento del ojo, los niveles de oxígeno en la sangre, el ritmo cardiaco, el músculo y la actividad cerebral. Además de monitorear otros parámetros respiratorios como el flujo del aire y el esfuerzo.
Para mejorar la condición existen varios tratamientos que dependen del historial clínico, si la persona padece algunas enfermedades o si el trastorno es grave. En general, no se utiliza medicina, solo dispositivos bucales y respiratorios.
La cirugía se recomienda si están involucrados factores físicos como las amígdalas o la desviación del tabique nasal. Principalmente se requiere cambios en el estilo de vida, si es el caso; bajar de peso, dejar de fumar o reducir el consumo de alcohol, así logrará el paciente y el que tenga al lado, un sueño feliz.
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