Por Geysell Cisneros / Fotografía Jesús Marcano
Cuando tenía 16 años abandonó Cuba con destino a España, en donde también incursionó en la música y tuvo su propia orquesta, pero entonces, la Madre Patria se le hizo muy pequeña y decidió darle un giro...
Una gracia singular envuelve a Maite Rivero. Su voz limpia y vibrante es el gran tesoro con el que ha conquistado al público de Miami, ciudad que tiene el privilegio de verla cantar mientras se adueña de los escenarios.
Siempre, me cuenta, estuvo ligada a la música. Su padre le inculcó el amor, sobretodo, hacia los boleros, aunque nunca quiso que ella se dedicara profesionalmente a la música. “Cuando mi padre me escuchó cantando por primera vez me dijo que el bolero era algo que sacaba lo mejor de mí y ahí fue cuando empecé a cantar todo lo que estuviera envuelto con el romance”, dijo Rivero.
Cuando tenía 16 años abandonó Cuba con destino a España, en donde también incursionó en la música y tuvo su propia orquesta, pero entonces, la Madre Patria se le hizo muy pequeña y decidió darle un giro a su vida.
“Quería emprender algo diferente, más profesional. Me entraron ansias de hacer algo por mí y por mi carrera. Fue una buena idea. Hoy en día, en Miami, hago lo que me gusta y eso es muy importante”, dijo la cantante que hace ocho años redirigió su vida hasta esta orilla, en donde viven miles de cubanos.
Sobre la experiencia de abandonar su vida en España, recuerda que no fue un camino fácil, pero las cosas poco a poco se fueron organizando a su favor.
“Llegar a Miami fue una transición difícil. De cantar siempre cumbia y merengue tuve que adaptarme a una ciudad en donde se bailaba salsa y yo no la cantaba, así que tuve que aprender a hacerlo. Recuerdo que mi primer examen de fuego fue en un lugar en donde se bailaba salsa exclusivamente. Allí tuve que acoplarme a las exigencias del público, y al parecer les gustó mi actuación porque estuve trabajando muchísimo tiempo”, recordó sobre esos primeros años en los que comenzaba a hacerse de un nombre en la Capital del Sol.
Según recuerda, este pie forzado que le puso la vida la llevo a descubrir nuevos horizontes de los que hoy está sumamente agradecida de haber podido experimentar. Muestra de ello será su próximo trabajo discográfico.
“Casualmente en mi próximo disco incluiré temas de salsa. Además de que me sentí muy cercana al género durante mi experiencia en Miami, muchas personas me han dicho que las mujeres hacemos falta en este ámbito. Después de que murió Celia Cruz, la parada quedó muy alta para nosotras. Ahora hay que trabajar para igualar”, resaltó. Y es precisamente con el precepto de que hay que ser cada día mejor que Rivero confiesa que como artista nunca le ha importado cuán grande es su público o qué condiciones tiene el lugar en donde se presentará. Lo realmente valioso es seguir transmitiendo a través de su música.
“Siempre he dicho que para el artista no hay un escenario inferior o superior, y eso me ha servido para mi propia vida. No importa cuál sea el lugar, lo importante es entregarte y hacer que la gente se sienta bien”, agregó.
Bajo este mismo precepto defiende el lugar al que ahora llama hogar: Miami, en donde siempre ha existido cierta polémica con respecto a la diversidad musical y a las oportunidades que existen.
“Me parece que hemos dicho que Miami es un cementerio para los músicos y no es así, pero se ha quedado de tanto repetirlo. Creo que cada cual labra su propio destino y tenemos que trabajar para poder lograr cosas. La gente va conociendo tu trabajo y, según lo que hagas, comienza a valorarte. Y no solo en el ámbito de la música, aplica para la vida en general”, comentó.
Sobre la fórmula que ha empleado para estar al corriente de los días, Rivero insistió en que hay que estar dispuestos a valorar todas las opciones.
“Cada día hay más competencia musical, la juventud se impone y los ritmos van cambiando con frecuencia, pero tenemos que ir con la ola, hacer cosas diferentes y luchar por nuestros sueños, así tengamos 70 u 80 años. Si no lo hacemos nosotros, nadie lo hará”, dijo Rivero, quien se encuentra ultimando los detalles de su próximo material.
En su nueva producción tratará de tomar un giro diferente, aunque sin perder el centro de su objetivo: llenar a el público de buena música.
“Mi disco no debería ser versátil aunque me considero una artista así. Hay que tener cuidado en lo que se escoge. En este proyecto incluiré temas tropicales y boleros. Trataré de agregar música pop. Será un proyecto muy actual con un lenguaje moderno, porque hasta eso ha cambiado en nuestros días”, señaló.
Con respecto a la tarea de ingresar a un estudio de grabación y lograr obtener un producto que funcione, la cantante aseguró que no era nada fácil y que requería mucho más tiempo del que algunas personas podrían pensar.
“Grabar un disco es un proceso complejo. Una vez que sales del estudio tu percepción del tema que acabas de hacer puede cambiar con facilidad. Hay muchos detalles que influyen y a veces son cosas tan mínimas que hay que ser muy cuidadosos”, reveló.
Es, precisamente, a través de la música que Rivero ha logrado también ser una activista de los derechos de las féminas. Su sencillo “Así no se toca a una mujer” habla sobre cómo a veces las libertades de las féminas son reducidas.
“Esta canción habla sobre una mujer a la que no la dejan volar, algo que sucede mucho en la actualidad. Cuando estás en una relación estable y te encuentras enamorada puedes llegar a admitir ciertas cosas para no perder a tu pareja, pero no está completamente bien. La violencia hacia la mujer nunca está bien. La violencia de género debe ser erradicada y nosotras mismas debemos empezar a tomar acciones”, puntualizó.
Es así que Rivero entremezcla la música y el activismo y se convierte en una artista más completa, logrando cautivar al público con su belleza, inteligencia e infinita bondad.
www.maiterivero.com
Revista BENCOMO al vender un espacio publicitario no se responsabiliza por el contenido del texto o de las imágenes publicadas en dicho espacio. El comprador o dueño del espacio publicitario asumirá la responsabilidad ante cualquier demanda o reclamación dirigida a su publicidad, incluyendo demandas de propiedad intelectual o derechos de autor..