Por Nestor Proveyer
A pesar de lo mucho que escuche, baile y disfrute, hay un tema que no pasa de moda, que siempre estuvo ahí recordando la identidad de un país, lozano y activo como las palmas. Me refiero al son Guajira...
Descorcho un ron y sirvo un vaso lleno de nostalgias en la ambigüedad secreta de los recuerdos. Repaso la banda sonora de mi vida en donde desfilan, señoriales y activos, boleros, guarachas, sones, rock and roll, baladas descafeinadas. Todas suenan en la vieja radio de mi abuela, en la única grabadora de la escuela, en carnavales, en descargas, en bailes o en un nido de amor.
A pesar de lo mucho que escuche, baile y disfrute, hay un tema que no pasa de moda, que siempre estuvo ahí recordando la identidad de un país, lozano y activo como las palmas. Me refiero al son Guajira Guantanamera, una de las canciones cubanas más conocidas en el mundo y quizás la más versionada.
Su historia es controversial como la autoría de la misma, una suma de reclamos, juicios y omisiones por la paternidad del tema rodean sus melodías. En este caso todos los caminos no conducen a Roma, sino al cantante y compositor cubano José Fernández Díaz (Joseíto), quien primero la popularizó y despúes la registró en 1942 en el Registro de Propiedad de Cuba.
Joseíto nació un 5 de septiembre de 1908 en el barrio habanero de Los Sitios, y murió en esa misma ciudad un 11 de octubre de 1979. Desde muy joven desempeñó diversos oficios para sustentar a su familia hasta que, de músico aficionado y autodidacta, pasó a conformar sus propia orquesta. Antes, había fraguado su talento y profesionalidad en tríos, sextetos y también en orquestas típicas.
No fue hasta 1934, mientras trabajaba en la emisora de radio CMCO y por sugerencia de su pianista Alejandro Rivero, que incluyó a la Guajira Guantanamera dentro de su repertorio para que identificara a su orquesta. Joseíto, quien la había compuesto en 1928, también aprovechó la singularidad del tema para jugar con la letra y cambiarla en cuartetas o décimas.
Pero la Guajira Guantanamera tuvo que esperar sieta largos años, hasta 1943, para sonar enn la radio y llegar con un éxito fenomenal a todos los hogares en Cuba ya fueran mansiones o simples casas de vecindad. El reconocimiento vino de la mano de la emisora más poderosa y conocida del momento, la CMQ, quien contrató exclusivamente a Joseíto para su programa estelar del mediodía El Suceso del Día. Así fue que bajo los acordes melódicos de la Guantanamera se narraban sucesos de la “crónica roja” en versos escritos por el poeta Chanito Isidro.
La gran popularidad del programa radial lo mantuvo 14 años al aire, tiempo que tuvo que esperar la Guantanamera para darse a conocer en todos los confines del planeta. Esta vez, bajo la voz y el talento del folclorista norteamericano Pete Seeger quien la interpreta junto a su grupo The Weavers en un concierto celebrado el 8 de junio de 1963 en el Carnegie Hall de Nueva York. Dos años después, en 1965, el trío The Sandpipers la versiona y le da el impulso final hacia la gloria.
Tiempo antes, en 1962, Pete Seeger se había encontrado en un campamento de verano con el músico cubano Héctor Angulo quien le cantó una adaptación de la Guantanamera que había realizado su profesor Julián Orbon y que tenía la particularidad de incluir los versos sencillos del poeta cubano José Martí. Desde ese momento se conoció bajo la autoría de Seege y Angulo, y no fue hasta 1971, después de múltiples reclamos de Joseíto Fernández, que el músico norteamericano viaja a La Habana y reconoce sus derechos de autor.
Pero la controversia sobre la autoría del tema es mucho más extensa, hay varios musicólogos que apuntan que es “una tonada folclórica” de expresión oral producida a principio del siglo XX en el Oriente cubano.
Otro reclamo, esta vez entablado en un juicio en contra de Fernández por el músico Herminio García Wilson, más conocido como El Diablo Wilson por su destreza al tocar la guitarra de Tres cubano, que alegaba haber compuesto la Guantanamera a finales de 1920. Las alegaciones y pruebas presentadas no convencieron al jurado que falló a favor de Joseíto Fernández.
Pero lo innegable es que la Guantanamera es una obra que ha alcanzado un reconocimiento universal e imperecedero. Ha sido versionada más de 150 versiones en voces de destacados intérpretes como Dámaso Pérez Prado, Dennis Rouses, Libertad Lamarque, Joe Dassin, Joan Baez, Biser Kirov, Julio Iglesias, Benny Moré y muchos más.
Sobre esta famosa pieza musical se han creado dos discos muy singulares por su contenido. Uno de ellos bajo el sello Guantanamera que incluye 16 versiones de este tema y que salió a la venta en vinilo, y otro en manos de la disquera francesa Edenway que contiene 18 versiones de la canción. Todas interpretadas por agrupaciones y cantantes cubanos.
Pero de todas las versiones me quedo con la que hizo la gran Celia Cruz, quien con voz de cristal y añoranza sentida exclamó:
¡Yo quiero, cuando me muera
Sin patria, pero sin amo,
Tener en mi loza un ramo
De flores, y una bandera!
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