Por Julio Llerena / Fotografia Acosta Studio

‍Desde luego. Uno debe pensar y elegir cuidadosamente los temas que va a tratar, pero tengo la satisfacción de crear cierta influencia. A través de los años, he propuesto varias cosas que luego se han convertido en...

¿Y hasta ahora el partido demócrata no te ha decepcionado?

‍Mira, yo no creo que haya un político que esté 100% de acuerdo con su partido. Uno siempre debe hacer concesiones dentro de lo razonable. Lo que sí nunca me ha gustado es el izquierdismo. Jamás. Yo me crie en Venezuela y nací en Cuba, de modo que mi formación es completamente democrática y anticomunista, y jamás, por tradición, formación y propio convencimiento, podría profesar una doctrina de izquierda. Yo soy un demócrata de derecha.

‍Sin embargo, las posturas políticas se han polarizado al punto de que, sobre todo aquí en Miami, se considera que cualquier posición demócrata es sospechosa de tener alguna filiación comunista ¿Cómo es que la política llegó a estos extremos?

‍Yo diría que un factor importantísimo fue la aparición en el mapa político de Bernie Sanders, sobre todo para la gente joven, que en este momento maneja la mayoría de medios digitales, es decir, las fuentes de información. La juventud es rebelde por naturaleza, le gustan los cambios, retar a los convencionalismos. Esa es la posición de Bernie Sanders, un político socialista, o que por lo menos lo fue durante mucho tiempo.

¿Pero no te parece que durante la era  de Barack Obama las cosas comenzaron a polarizarse?

Es verdad, empezó con Barack Obama, pero en cuanto a cifras económicas las cosas mejoraron: la bolsa alcanzó los 18 mil puntos cuando en el gobierno de Bush el Dow Jones llegó apenas a los 6 mil puntos. Y si no es por la ayuda que Obama dio a las empresas, sobre todo a las automotrices, la economía no se habría recuperado.

Hace poco escribiste una columna en El Nuevo Herald donde propones la teoría de que las caravanas de inmigrantes son consecuencia directa del muro.

Claro, yo decía que las caravanas no existían antes del muro y que se originaron como respuesta a esta iniciativa que, dicho sea de paso, creo que jamás se llegará a aprobar en el Congreso. Es decir, anteriormente la gente venía con coyotes o clandestinamente, pero ¿cuándo se había visto 20 mil personas cruzando a la vez? ¡Nunca! El muro es una supuesta solución radical, y a una acción radical recibes una respuesta igualmente radical.

Recuerdo que cuando apareció Trump en el escenario político, nadie parecía tener duda de que se trataba de una broma, una posibilidad descartada. ¿Cómo pasamos de ese escenario a tenerlo como presidente del país?

‍Para mí la respuesta está en el muro y su posición vertical contra la inmigración. Esos dos factores tuvieron adeptos inmediatamente. De hecho, pienso que la actual insistencia en el muro solo busca complacer a sus seguidores. El muro es su camino a la reelección.

‍Donald Trump es constantemente acusado de ser un hombre ignorante ¿Te parece que Trump tiene algún mérito intelectual?

‍El mérito que puede tener es el que tienen muchos empresarios exitosos en los Estados Unidos. Es muy difícil que puedas hacer una fortuna enorme simplemente con trabajo. Sin embargo, yo sí creo que Trump es hábil para los negocios y que sabe aprovechar las debilidades del sistema. Es decir, si tiene que declararse en bancarrota, pues se declara en bancarrota. Y cuando negocia, aplica la teoría de la “nariz ensangrentada”, es decir, él es el primero en dar el puñetazo. De esa manera, sorprendes al otro y debilitas su posición.

‍¿Crees que Trump pretende ganar votos por su posición contra Venezuela y Cuba?

‍Da igual, lo importante son los resultados. Si Trump ayuda a derrocar al régimen comunista de Maduro, termina por acabar con la dictadura de 60 años en Cuba y logra extirpar el cáncer comunista de América Latina, nuestro deber es apoyarlo. En este sentido, existe un fuerte apoyo bipartidista.